Ningún libro puede transformar la vida de nadie.
Este tampoco.
Lo único que puede transformar una vida son las ganas de transformarla.
Quien tenga esas ganas se preguntará cómo conseguirlo, y puede ser que se le ocurra observar la vida, observarse a sí mismo o interesarse por cómo lo hicieron otros.
Ahí es cuando los libros pueden servir.
Entre lo más necesario para acercarnos a la vida que nos gustaría está el tener algunas ideas claras.
Si aprendemos a no empeorar nuestra vida con el pensamiento, ya tendremos casi todo hecho.
Podemos empezar ahora.
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